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Los investigadores confirman que las mujeres tienden a comer más durante la fase lútea (antes de la menstruación, es decir, después de la ovulación hasta el día antes de que empiece el periodo), en comparación con la fase folicular que conduce a la ovulación. Por eso, ciertas partes del ciclo menstrual de una mujer parecen ir de la mano con el deseo de comer helado de chocolate y papas fritas.
En un artículo publicado en The Conversation por la Dra. Sara Twogood, profesora asistente de Obstetricia y Ginecología de la Universidad del Sur de California en Estados Unidos, explica que los investigadores han estudiado los antojos de comida durante años. Los principales cuestionamientos son: quién tiene antojos de comida y por qué, qué es lo que anhelan, cuándo los antojan y cómo minimizarlos.
Hasta el momento los investigadores han encontrado que el 85% de las mujeres tienen algún tipo de síntomas premenstruales perceptibles, uno de ellos es la comida. De hecho, un estudio mostró que el 97% de las mujeres habían experimentado previamente antojos de comida, independientemente de su ciclo menstrual.
¿Qué alimentos están buscando?
Carbohidratos, grasas y dulces. El antojo alimenticio más comúnmente reportado es el chocolate, probablemente porque es una combinación agradablemente dulce de carbohidratos y grasas.
¿Qué causa los antojos antes de la menstruación?
Los investigadores no están exactamente seguros de dónde vienen estos antojos antes de la menstruación, pero hay varias teorías principales.
Terapia inconsciente
Una idea es que las mujeres están utilizando inconscientemente los alimentos como terapia farmacológica. Las mujeres en su fase lútea anhelan más carbohidratos que durante su fase folicular. Comer carbohidratos aumenta los niveles de serotonina, un neurotransmisor del sistema nervioso central, que contribuye a una sensación general de bienestar y felicidad. Al aumentar la ingesta de carbohidratos, las mujeres pueden automedicarse con alimentos para causar ese bulto de serotonina y sentirse mejor.
Comodidad física
Otra posible explicación sugiere que las mujeres recurren intencionalmente a los alimentos en busca de comodidad física y psicológica. La comida puede desempeñar un papel sensorial, eliminando cualquier sensación incómoda de hambre mientras se saborea bien y se siente agradable al comer. Las mujeres también reportaron desencadenantes específicos para pensar en comida reconfortante, como el aburrimiento o el estrés, promoviendo aún más la idea de que la comodidad de la comida ayuda a mitigar los sentimientos desagradables que se podrían experimentar con el síndrome premenstrual.
Regulados por hormonas
Los científicos han observado que las mujeres tienden a comer más cuando los niveles de estrógeno son bajos y los niveles de progesterona son altos, como ocurre durante la fase lútea. El hecho de que las formas de anticoncepción que sólo contienen progesterona estén asociadas con el aumento de peso, probablemente debido al aumento del apetito, también respalda esta teoría.