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Según las últimas estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, a partir de 2017, más de 800 mujeres de todo el mundo mueren cada día por causas evitables relacionadas con el embarazo y el parto, la gran mayoría de ellas en zonas de escasos recursos. La razón principal es la hemorragia posparto precoz (HPP), que es responsable del 27 por ciento de la mortalidad materna y ocurre en cierto grado entre el 5% y el 7% de todos los partos.
Las intervenciones avanzadas para detener la hemorragia antes de que el problema se vuelva inmanejable incluyen la histerectomía de emergencia. Una técnica particular de sutura, y la ligadura o embolización de la arteria uterina – pero debido a que estas requieren una amplia capacitación y/o equipo de alta tecnología, no todos los hospitales del mundo tienen acceso a ellas-.
Taponamiento con balón uterino
Una alternativa sencilla y económica, el taponamiento con balón uterino (UBT, por sus siglas en inglés), ha estado disponible desde principios de la década de 1980. En el que se introduce un balón a través del cuello uterino por medio de un catéter y se infla con agua, llenando la cavidad uterina y deteniendo la hemorragia.
Estudios anteriores
Dos estudios, publicados en 2013 y 2019, cuestionaron la eficacia del UBT, pero un artículo publicado este año en la American Journal of Obstetrics and Gynecology “realmente pone un clavo en ese ataúd”, según el investigador principal Thomas Burke, MD, FACEP, FRSM, director del Laboratorio de Innovación en Salud Global del Departamento de Emergencia del Hospital General de Massachusetts y profesor asociado de la Facultad de medicina de Harvard y de la Facultad de salud pública T.H. Chan de Harvard.
“La razón por la que emprendimos este estudio es que esos dos ensayos causaron una gran confusión y controversia con respecto a la UBT. Decidimos adoptar un enfoque extremadamente riguroso, reuniendo toda la literatura mundial sobre esta técnica e invitando a investigadores independientes a unirse a ella. Fue un proyecto masivo”,
dijo Burke en una publicación de Science Daily.
Último estudio
Burke y sus colegas realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis de 91 ensayos de control aleatorios, estudios no aleatorios y series de casos, y encontraron una tasa de éxito general de 85,9 por ciento para la UBT.
“Entonces, lo que esto nos enseña realmente es que los desafíos experimentados en estos dos ensayos se referían a la implementación del programa, no al dispositivo en sí“, dijo.
“No hay duda de que el dispositivo funciona bien. Sin embargo, salvar una vida es mucho más complejo que simplemente entregar a alguien un dispositivo que es nuevo en su práctica. Necesitamos estudiar cómo integrar el dispositivo en un sistema de salud para que la buena aceptación, el uso apropiado y la mejor práctica resulten en una atención de calidad”,
agregó el investigador.
Burke señaló que está “exquisitamente claro” que en muchas áreas del mundo, la mortalidad materna disminuye significativamente cuando se utiliza el taponamiento con balón uterino. “Han salvado muchas vidas. Pero todavía hay lugares en los que una de cada seis mujeres pierde la vida por causas relacionadas con el embarazo y en 2020 eso no debería ocurrir nunca. Es una vergüenza para la humanidad”, concluyó.