Dos procedimientos quirúrgicos utilizados para corregir el prolapso vaginal, uno para extirpar el útero y otro que lo sostiene con malla, tienen resultados comparables de tres años, según un nuevo estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (INS). Hasta la fecha, los investigadores continuarán dando seguimiento a los pacientes durante un total de cinco años.
El estudio aparece en el Journal of the American Medical Association y fue financiado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD) y la Oficina de Investigación sobre la Salud de la Mujer de los NIH.
“Estos hallazgos proporcionan información importante para las mujeres que se han sometido a estos procedimientos y para los médicos a quienes se les ha confiado su atención“, dijo la Dra. Donna Mazloomdoost en el comunicado del INS, una de las autoras del estudio y directora del programa de la Red de Trastornos del Suelo Pélvico del Centro Internacional de Desórdenes del Suelo Pélvico de Nueva York, que apoyó el trabajo.
¿Qué es el prolapso vaginal?
El prolapso vaginal es un trastorno del piso pélvico que ocurre cuando los músculos de apoyo se debilitan y los órganos pélvicos presionan la vagina, forzándola a veces a abultarse o sobresalir de la abertura vaginal. Esta afección es más probable que ocurra a medida que la mujer envejece.
El estudio
Los investigadores compilaron una tasa de fracaso para cada procedimiento usando un examen estándar llamado Sistema de Cuantificación del Prolapso de Órganos Pélvicos. También si las mujeres reportaron nuevos síntomas de prolapso o si necesitaban un retratamiento para el prolapso (es decir, otra cirugía o el uso de un dispositivo de apoyo llamado pesario).
El equipo del estudio encontró que después de tres años, la histeropexia con malla tenía una tasa de fracaso del 26%, mientras que la histerectomía tenía una tasa de fracaso del 38%. La diferencia en las dos tasas no fue estadísticamente significativa, según los autores.
“Se necesita más investigación a largo plazo para determinar si un procedimiento es mejor que el otro“, señaló Charles W. Nager, autor líder del estudio y presidente del Departamento de obstetricia, ginecología y ciencias de la reproducción de la UC San Diego Health. “Después del período de seguimiento de cinco años, volveremos a analizar los resultados”.
Más resultados
No se encontraron diferencias en los resultados informados por los pacientes sobre el dolor quirúrgico, el dolor pélvico y la imagen corporal. Proporciones similares en cada grupo reportaron mejoras en sus síntomas (90% de los encuestados para la histeroperpexia con malla, 89% para la histerectomía) cuando se les preguntó a los tres años. Ambos grupos también informaron mejorías en la función sexual y una menor incidencia de relaciones sexuales dolorosas (dispareunia).
El equipo de estudio tampoco encontró diferencias significativas en los eventos adversos, como infecciones del tracto urinario e incontinencia, entre los dos grupos. El grupo de histeropexia con malla tuvo una tasa de exposición del 8%, lo que significa que la malla se hizo visible a través de la pared vaginal. Para algunas mujeres, esto no causa síntomas, pero para otras, puede causar dolor, sangrado u otros problemas.
Ninguna de las mujeres en este estudio requirió cirugía para sus complicaciones relacionadas con la malla. El equipo de estudio tampoco observó ningún problema significativo con el tejido uterino en el grupo de malla durante los tres años de seguimiento. La cirugía para la histeroperpexia con malla fue más corta que la histerectomía en aproximadamente 45 minutos.