Uñas y yemas de los dedos: nueva vía de contagio del virus de papiloma humano

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El virus de papiloma humano (VPH ) es la principal causa de aparición de cáncer de cuello uterino y el segundo tumor más frecuente en mujeres de todo el mundo.

En la mayoría de casos su diagnóstico se suele producir entre los entre los 30 y 50 años.    

Si bien la principal vía de contagio es la sexual, no es necesario que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión, ya que se ha descrito que el contacto directo piel con piel de la zona genital es suficiente.

Otra vía descubierta recientemente de transmisión del VPH es la genodigital; es decir que las uñas y las yemas de los dedos de la mano constituyen un reservorio del virus que provocaría contagio por esta vía. 

La mayoría de las infecciones por el virus de papiloma humano desaparecen espontáneamente, por lo que al principio generalmente sólo se observa y, pasado un tiempo (usualmente de 2 años); si el virus persiste activo, se recomienda un tratamiento de erradicación por vaporización láser.

Ahora bien, si la lesión alcanza las las células cervicales, generalmente se realiza una pequeña cirugía ambulatoria donde se extrae la lesión.

No obstante, si la infección persiste durante varios años, llegar a desarrollar cáncer en el cuello del útero, aunque son los genotipos 16 y 18 los causantes del 70 por ciento de ellos.

Otros factores de riesgo para el virus de papiloma humano

El estado inmunitario de la paciente o el estado inmunitario local del cuello del útero, la infección simultánea de otros microorganismos de transmisión sexual (herpes simple, clamidias, gonococo) o el consumo de tabaco.

Además, mientras persista la infección activa por el virus de papiloma humano (VPH) se recomienda suspender el uso de anticonceptivos orales si es posible.

La prevención primaria comienza con la vacunación de las niñas de entre 9 a 14 años, antes de iniciar su vida sexual, lo que reduce significativamente el riesgo de cáncer cervicouterino.

Sin embargo, la vacunación es posible más allá de los 14 años, y recomendable hasta los 55.

Que se hace en estos casos

En caso de que se detecten células anormales, se estudiará la presencia de VPH y; si este se confirma, se procede a aplicar el protocolo de seguimiento de pacientes con VPH positivo. 

Usualmente se estudia el cuello del útero con un microscopio (colposcopio) y utilizando distintas soluciones y colorantes se pueden descubrir lesiones muy pequeñas (de escasos milímetros) en el cuello del útero; que son biopsiadas en la propia consulta en forma ambulatoria.

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