La menopausia supone el din de la menstruación, de manera que la presencia de sangrado o flujo rosado después de esta etapa no es normal y, de hecho, debe ser motivo de consulta con un especialista.
Generalmente, el sangrado se presenta debido a la atrofia de la mucosa endometrial y vaginal. Aunque en algunas otras ocasiones puede ser provocado por pólipos endometriales o cáncer del endometrio.
Posibles causas
- Atrofia endometrial: Después de la menopausia, se reduce la producción de hormonas femeninas, de manera que la muscosa del endometrio se vuelve más frágil y fino, generando sangrado anormal.
- Pólipo endometrial: Es la tumoración benigna en el interior del útero. Los pólipos también pueden aparecer en el cuello del útero o en el canal cervical.
- Cáncer de endometrio: Es el crecimiento de tumores malignos en el endometrio, generalmente proveniente de células anormales que forman las glándulas en el endometrio.
Diagnóstico y tratamiento
El tratamiento va a depender de la causa del sangrado, de manera que será el especialista quien le brinde a la paciente toda la información acerca del procedimiento a seguir.
Sin embargo, para un diagnóstico objetivo, aparte de la revisión de la historia clínica, antecedentes personasles y familiares, la mujer debe ser sometida a una exploración ginecológica:
- Ecografía transvaginal: Se realiza con una sonda delgada que permite medir el grosor del endometrio y detallar las características del útero.
- Biopsia de endometrio: A través de una cánula delgada que se introduce en el útero, se extrae una muestra para analizar bajo el microscopio.
- Histeroscopia diagnóstica: Se utiliza una pequeña lámpara conectada a una pequeña cámara para visualizar el interior del útero y realizar unas pequeñas intervenciones quirúrgicas en la medida en que son necesarias.