El uso a largo plazo de la terapia hormonal oral se asocia con un pequeño aumento del riesgo de enfermedad de Alzheimer en mujeres posmenopáusicas, según un estudio realizado en Finlandia y publicado en «The BMJ».
Estudios previos habían sugerido que la terapia hormonal posmenopáusica podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer, pero un ensayo clínico reciente no confirmó este beneficio y, de hecho, mostró un mayor riesgo de demencia general en las usuarias de terapia hormonal.
Ahora bien, los autores subrayan que el riesgo absoluto es pequeño (9-18 casos por cada 10.000 mujeres por año) y que la edad en que se inicia la terapia hormonal no tiene ningún efecto en el riesgo futuro. Pero advierte que todas las mujeres deben ser informadas sobre el riesgo potencial asociado con el uso prolongado de la THS.
La terapia hormonal se usa para aliviar los síntomas de la menopausia, como sofocos y sudores nocturnos. Hay diferentes tipos de tratamientos disponibles: pastillas con estrógeno o una combinación de estrógeno y progestágeno, así como tratamientos “transdérmicos”, como parches, geles y cremas. En Finlandia, el 90% de la terapia hormonal se administra por vía oral.
Para comprender mejor esta posible asociación, los investigadores dirigidos por Tomi Mikkola de la Universidad de Helsinki (Finlandia) compararon el uso de la terapia hormonal en mujeres posmenopáusicas con y sin un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer.
Así, reunieron datos nacionales de población y medicamentos y cotejaron los datos sobre el uso de la terapia hormonal para 84.739 mujeres posmenopáusicas diagnosticadas de alzhéimer entre 1999 y 2013 (casos) con el mismo número de mujeres posmenopáusicas sin diagnóstico (controles).
En general, el uso de la terapia hormonal oral se asoció con un aumento del riesgo del 9-17% para la enfermedad de Alzheimer, mientras que el uso de la terapia hormonal vaginal no mostró tal riesgo. En términos absolutos, esto significa que se detectarían de 9 a 18 casos nuevos de alzhéimer al año por cada 10.000 mujeres entre los 70 y 80 años de edad, especialmente en aquellas que han usado terapia hormonal durante más de 10 años.