Es normal que las mujeres secreten flujo vaginal durante sus edades fértiles, el flujo cambia según los días del ciclo menstrual en el que cada una se encuentre. Existen cuatro periodos en el ciclo menstrual, el primero es el preovulatorio, el segundo ovulatorio, tercero premenstrual, y cuarto postmenstrual; durante estos periodos el flujo o secreción varía de un color transparente a blanco y su cantidad de menor a mayor. Sin embargo, no está asociado a los malos olores u olores fétidos penetrantes, incomodidades e inflamaciones.
Los cambios de olor, cantidad y textura en su flujo vaginal pueden ser causados por cambios en el propio organismo o infecciones de transmisión sexual, el día de hoy se explicarán las infecciones causadas por el propio organismo como son la vaginosis bacteriana y la vaginitis, que se pueden transmitir a la pareja si no se da un tratamiento adecuado.
La vagina es un lugar cálido y húmedo que es propenso a la producción de microorganismos, sin embargo, en ella se encuentran los lactobacilos que mantienen el ph de la vagina ácido, lo cual inhibe la proliferación de bacterias y hongos.
Vaginosis bacteriana
Se produce cuando el equilibrio de las bacterias de la vagina se ve alterado, ya que vuelve a esta zona propensa a contraer microorganismos dañinos, por generar un desbalance en la flora vaginal. Las mujeres que padecen vaginosis bacteriana perciben un cambio en el olor de su flujo vaginal y la cantidad de este aumenta, este aumento se presenta generalmente después de las relaciones sexuales orales o genitales y la llegada de la menstruación.
Hay varias formas de desarrollar la vaginosis bacteriana cuando el PH vaginal ya está desequilibrado, por ejemplo, en baños públicos, piscinas, o cuando la flora vaginal está desequilibrada por causa de las relaciones sexuales sin protección, etc. Cuando una mujer hace uso de duchas vaginales, desodorantes o contrae una enfermedades de transmisión sexual, su flora vaginal sufre un desequilibrio exponiéndose más a desarrollar enfermedades.
Si esta infección no se trata a tiempo, la mujer estará expuesta a contraer enfermedades de transmisión sexual ya que su zona íntima está debilitada. En mujeres embarazadas esta condición puede ascender hasta el útero causando problemas en el embarazo, por esto es recomendable asistir a un especialista, que se encargará de recetar el tratamiento que incluye antibióticos, antifúngicos o antiparasitarios como la clindamicina y el metronidazol.
Vaginitis
Esta infección vaginal se caracteriza por la inflamación, ardor y picazón causados por reacciones alérgicas, sensibilidades a ciertos objetos o sustancias, diabetes descontrolada, consumo continuo y de largo plazo de antibióticos que pueden producir un desbalance, defensas bajas y estrógeno desequilibrado.
Los síntomas de la vaginitis son cambios en el flujo, picazón, vulva y vagina inflamada y de color rojo, ardor al orinar y dolor al tener relaciones sexuales. El tratamiento de la vaginosis depende de su tipo, el fluconazol y el clotrimazol son utilizados para dar tratamiento a esta infección, si la condición continua se puede recetar la nistatina después de dar tratamiento con los productos anteriormente mencionados.
Recomendaciones si padeces estas infecciones
- No usar tapones o protectores íntimos.
- Mantener seca la zona íntima.
- No usar duchas vaginales.
- Usar jabones de Ph neutro en la vulva.
- Tener ropa interior de algodón holgada.
- No utilizar ropa ajustada.
- Evitar las relaciones sexuales.
- Acabar con el tratamiento, no dejarlo de hacer si desaparecen los síntomas.
Cuando estas infecciones son recurrentes, los especialistas optan por un tratamiento de restauración del Ph de la zona íntima. Los ginecólogos, para dar un buen diagnóstico, deben diferenciar si los síntomas son causados por hongos o por bacterias, esto lo pueden descubrir al hacer una prueba de flujos vaginales.