Expertos de la Universidad de Johns Hopkins han iniciado los ensayos clínicos para realizar trasplantes de la microbiota vaginal, el desarrollo de estas primeras investigaciones ha sido exitoso, lo que permitiría tener el primer tratamiento para la vaginosis bacteriana, una enfermedad que puede llegar a causar graves complicaciones de salud.
¿Qué es la vaginosis bacteriana?
Es una enfermedad en la que se produce inflamación en la zona vaginal, esto como resultado de la reproducción de bacterias en esta área del cuerpo. Esta patología aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, tener partos prematuros o desarrollar enfermedad inflamatoria pélvica.
Función del trasplante de microbiota vaginal
Como ya lo explicamos la vaginosis bacteriana se manifiesta cuando existe una alteración de los microorganismos que habitan en la vagina, incluyendo las bacterias, por lo que el líquido vaginal del donante puede ayudar a regular nuevamente el pH de la zona vaginal.
Los investigadores aseguran que los fluidos vaginales en los que predomina la presencia de la bacteria lactobacillus crispatus tendrían mayores beneficios para las pacientes con vaginosis bacteriana. Esto debido a que su contenido de ácido láctico actuaría como agente protector.
Para el equipo de trabajo era supremamente importante establecer la forma en la que se escogerían los donantes; esto con el fin de minimizar el riesgo de transmitir otro tipo de afecciones de salud presentes en los fluidos y hacerlo de forma segura.
Por esta razón, los investigadores han establecido sistema de detección universal para los donantes de microbiota vaginal, para esto realizaron una pequeña prueba con 20 mujeres entre los 25 y 35 años, todas con un buen estado de salud. En este examen se incluyó un cuestionario médico, análisis de sangre, líquido vaginal y orina. Además de exámenes para identificar si existe presencia de infecciones de transmisión sexual.
Algunas de las medidas de precaución para este procedimiento es pedir a los donantes que se abstengan de tener relaciones sexuales 30 días antes de las muestras; y se deben realizar exámenes para detectar infecciones.
Según los expertos la forma de recolectar el fluido sería bastante fácil de realizar; pues bastaría con que la mujer donante inserte un disco de plástico -algo así como una copa menstrual- en su vagina para recoger la muestra. Así lo afirmó la Dra. Laura Ensign, parte del equipo investigativo. “Es rápido y fácil y una muestra recolectada de esa manera sería suficiente material para hacer una dosis para la transferencia”.