El síndrome de ovarios poliquísticos afecta entre el 5 y el 10% de las mujeres en edad reproductiva, siendo la alteración metabólica más frecuente en esta etapa de la vida.
Fue descrito en 1935 por Stein y Leventhal y asociaban la existencia de ovarios aumentados de tamaño, con oligomenorrea que son reglas escasas e irregulares, obesidad e hirsutismo y suponía que su origen era una albugínea que es una capa superficial del ovario, engrosada que impedía la maduración y migración de los folículos a la superficie del ovario bajo la cual se acumulaban múltiples pequeños quistes.
Hoy en día definimos los ovarios poliquísticos como un síndrome de disfunción ovárica con sintomatología variables y etiología multifactorial y poligénica que cursa con hiperandrogenismo y anovulación.
Síntomas de los ovarios poliquísticos:
Las manifestaciones clínicas típicas de SOP son la anovulación, el hiperandrogenismo y la infertilidad a las que se asocian síntomas con una frecuencia variable, como son la obesidad, el hirsutismo que es el aumento de vello, la diabetes mellitus tipo 2 y la acantosis nigricans.
La anovulación que es la falta de ovulación crónica que afecta a más de la mitad de las pacientes, produce ciclos menstruales irregulares, reglas escasos con periodos de amenorrea, aunque ocasionalmente se pueden producir metrorragias los sangrados abundantes, por último como consecuencia de esto se produce una disminución de la fertilidad de estas pacientes.
El hiperandrogenismo que son los niveles aumentados de andrógenos en plasma produce en mayor o menor medida en estas pacientes síntomas como acné y seborrea, alopecia androgénica, la pérdida de pelo en la cabeza característica de los varones e hirsutismo que es la aparición de vello en lugares no habituales en las mujeres que afecta al 70 % de las pacientes.
La obesidad en estas paciente presentan un patrón androide troncular y contribuye a la resistencia a la insulina clásica de este síndrome y al mantenimiento del trastorno endocrino, favoreciendo el hiper andrógenos en estrógenos.
Por último en estos pacientes puede aparecer acantosis nigricans, que es una hiperpigmentación gris parda de la piel que afecta nunca, axilas e ingles.
La resistencia a la insulina se ha descrito en más del 50% de las mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos y las mujeres con diabetes mellitus tipo 2 presentan 6 veces más riesgos de presentar este síndrome que las sanas de su misma edad y peso, estando relacionados con este problema importantes complicaciones relacionadas con este síndrome como el desarrollo de diabetes tipo 2, hipertensión, patología cardiovascular e hiperplasia y carcinoma endometrial. Por tanto podemos considerar el síndrome de ovarios poliquístico un factor de riesgo para todas estas patologías.
El diagnóstico se establece en pacientes que presentando clínica compatible este síndrome, presentan al menos dos de los criterios establecidos por consenso de Rotterdam en 2003, que son anovulación u oligoovulación, hiperandrogenismo y criterios ecográficos de SOP (presencia de 12 o más folículos con diámetros de 2 a 9 mm y volumen ovárico de más de 10 ml, siendo suficiente su aparición en un solo ovario).
Tratamiento de los ovarios poliquísticos
El tratamiento del síndrome de ovario poliquístico pueden variar según la sintomatología de la paciente, las posibles patologías asociadas y el deseo genético de la misma.
La supresión de la función ovárica con anovulatorio orales es uno de los tratamientos más frecuentes, siendo los indicados aquellos con gestágenos con acción antiandrogénica con lo cual se consigue regular los ciclos menstruales y mejorar los síntomas asociados al hiperandrogenismo como el hirsutismo y la alopecia androgénica. En casos severos se pueden asociar fármacos antiandrogénicos a estos anticonceptivos para un mayor y más rápido control de los síntomas.
En los casos en los que se desea conseguir ciclos ovulatorios se usan fármacos como el citrato de clomifeno, que actúa como fármaco antiestrogénico bloqueando los receptores estrogénicos en el hipotálamo, lo cual hace que se produzca una liberación de FSH y LH en la hipófisis provocándose de esta forma la ovulación.
Los antidiabéticos orales como la metformina también contribuyen a la regulación del ciclo y favorecen la ovulación mejorando la sintomatología de estas pacientes al disminuir la resistencia a la insulina que está implicada en la génesis y mantenimiento del síndrome de ovarios poliquísticos, aunque en algunas ocasiones este tratamiento es mal tolerado por las pacientes.
El inositol, un complemento diabético, también actúa mejorando la ovulación y disminuyendo la sintomatología de estas pacientes aunque su mecanismo de acción no está establecido, pero al contrario que con la metformina la tolerancia es muy buena por parte de las pacientes.
Por último, en casos seleccionados o cuando la paciente precisa una intervención quirúrgica por otro motivo, se puede realizar un “drilling ovárico”que consiste en realizar múltiples perforaciones en la albugínea o sea en la capa superficial del ovario, con lo que se consigue en muchas ocasiones ciclos ovulatorios y la mejora clínica del síndrome aunque de forma muy variable en distintos pacientes.
Prevenir los ovarios poliquísticos
Estas pacientes deben por lo tanto, aparte de realizar el tratamiento médico indicado, ser especialmente cuidadosa en sus hábitos de vida. Deben llevar una dieta y una actividad física adecuada que evite el sobrepeso y mejore su perfil metabólico.