Un nuevo estudio sugiere que las mujeres mayores que hacen ejercicio liviano, como una caminata diaria, pueden reducir su riesgo de sufrir caída y por ende fractura de cadera.
El estudio, de más de 77.000 mujeres mayores de EE. UU., analizó más a fondo los tipos de ejercicio que se relacionan con el riesgo de fractura de cadera y otras fracturas óseas.
Los investigadores encontraron que, en promedio, las mujeres que hacían ejercicio con regularidad a cualquier intensidad, desde caminar, trabajar en el jardín hasta trotar, tenían un menor riesgo de fractura de cadera durante 14 años, en comparación con las mujeres inactivas.
Todo sugiere que incluso la actividad ligera es suficiente para reducir el riesgo de estas lesiones graves. Señaló el líder del estudio Michael LaMonte, profesor asociado de investigación de la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo a WebMD.
“Nos alegró ver una fuerte relación entre caminar y el riesgo de fractura de cadera inferior. A medida que envejecemos, naturalmente hacemos menos actividad física agotadora. Esto sugiere que para reducir su riesgo de fractura de cadera, usted no necesita hacer nada elegante. Puede ser tan simple como caminar”,
dijo.
Por su parte, el Dr. Richard Bockman, jefe del servicio endocrino del Hospital de Cirugía Especial de la ciudad de Nueva York y quien no participó en el estudio aseguró: aunque la densidad ósea es importante en el riesgo de fractura de cadera, también hay otros factores implicados que incluyen fuerza muscular en la parte inferior del cuerpo, equilibrio y agilidad. Ya que las caderas rotas son casi siempre el resultado de una caída.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 25 de octubre de la revista JAMA Network Open. Y provienen de la Iniciativa de Salud de la Mujer, un estudio que comenzó en la década de 1990 en 40 centros médicos de EE. UU.
Detalles del estudio
Las mujeres informaron sobre sus actividades físicas habituales, entre otros factores del estilo de vida.
En un promedio de 14 años, un tercio de las mujeres sufrió una fractura ósea. Cuando se trataba de fracturas de cadera, las mujeres que habían reportado mayores cantidades de actividad física al inicio del estudio. Por lo general tenían un menor riesgo.
Por ejemplo, las mujeres que regularmente hacían ejercicio de moderado a vigoroso, como caminar a paso ligero o trotar, tenían un riesgo 12% menor de fractura de cadera que las que eran menos activas. Pero también había una relación entre la “actividad leve”, como bailar despacio, jugar bolos o jugar al golf, y el menor riesgo de fractura de cadera. Y cuanto más a menudo caminaban las mujeres, a cualquier velocidad, menor era el riesgo de fractura de cadera.
Ejercicios de alta intensidad, con mayor riesgo de caída
El estudio también encontró que las mujeres que hacían ejercicio a intensidades moderadas a vigorosas tenían un riesgo relativamente mayor de sufrir una fractura de muñeca o antebrazo, en comparación con las mujeres menos activas.
No está claro por qué, pero el líder del estudio ofreció una suposición: cuando las mujeres con más “capacidad funcional” caen, es más probable que estiren un brazo para detener la caída, que es la forma en que a menudo se producen las fracturas de muñeca y antebrazo.
Por investigar
Una cuestión que el estudio no puede abordar, aseguró LaMonte, es si comenzar a hacer ejercicio a una edad avanzada reduce el riesgo de fractura de cadera. Los participantes del estudio que eran físicamente activos pueden haber sido activos toda su vida.
Pero, dijo, está claro que “sentarse menos y moverse más” es clave para la salud general de los adultos mayores. Con beneficios como un mejor control de la presión arterial y la diabetes, y un menor riesgo de enfermedad cardiaca.
Además del ejercicio, los adultos mayores pueden tomar otras medidas para reducir el riesgo de fractura de cadera, anotó LaMonte. Estos incluyen obtener mediciones de la masa ósea según lo recomendado por su médico y seguir una dieta saludable con cantidades adecuadas de calcio y vitamina D.