El parto vaginal tras una cesárea es más riesgosa para la madre y el recién nacido

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Optar por un parto vaginal luego de haberse sometido a una cesárea previa, representa mayores riesgos para la mujer gestante que realizarse una cesárea por primera vez. No obstante, en términos generales, el riesgo de complicaciones para la madre y el bebé, es bajo para cualquier tipo de parto, incluso menos de lo que se estimaba, según un amplio estudio realizado en Escocia.

En la investigación realizada por la Universidad de Oxford y publicada en la revista PLOS Medicine, se analizaron los datos de 74.043 bebés nacidos a término en Escocia entre 2001 y 2015. Un total de 45.579 mujeres dieron a luz por cesárea programada y hubo 28.464 intentos de parto vaginal, de los que el 28.4% terminaron en cesárea de urgencia.

Al analizar los datos obtenidos, se comprobó que realizar un parto vaginal tras una cesárea representaba para las madres un mayor riesgo de ruptura uterina, de requerir una transfusión sanguínea (1.14% frente al 0.5% en el caso de cesárea por primera vez) y de infección. Así como también más probabilidades de muerte fetal, de ingresar al bebé en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal (UCIN), de requerir reanimación y obtuvieron una peor puntación en el test de Apgar (menor de 7 a los cinco minutos).

El mayor peligro en un parto vaginal tras una cesárea previa es la ruptura uterina. Según este estudio británico, alrededor del 0.24% de las mujeres que dieron a luz por parto vaginal sufrieron ruptura uterina, frente al 0.04% de las que optaron por cesárea. Si bien se trata de un riesgo muy bajo, los investigadores creen que las mujeres deben saber que es 6 mayor el riesgo en el caso del parto vaginal. Sin embargo, también se asocia a efectos positivos como una mayor probabilidad de lactar al bebé y un periodo de estancia menor en el hospital.

Respecto a los posibles riesgos que supone para el recién nacido, el 8% de los niños que nacieron por parto natural y el 6.4% de los que nacieron por cesárea, tuvieron alguna complicación. Según reconocen los autores de esta investigación, se necesitan más estudios sobre los efectos a largo plazo que podría tener para la madre y el bebé elegir una u otra forma de parto, ya que los médicos generales y ginecólogos podrían usar estos datos para asesorar mejor a las embarazadas sobre sus opciones de parto.

En España, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) en su protocolo recomienda que sea la mujer, una vez informada de los peligros y beneficios y descartadas las contraindicaciones, la que decida qué tipo de parto quiere tras una cesárea y considera que en la maternidad es un indicador de calidad asistencial cuando la tasa de parto vaginal tras cesárea previa es superior al 40%.

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