Un 40 % de las mujeres con endometriosis pueden sufrir infertilidad

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Menstruaciones abundantes y dolorosas, imposibilidad de mantener relaciones sexuales por el dolor, micción dolorosa, alteraciones digestivas o gastrointestinales son la carta de presentación frecuente de la endometriosis, una enfermedad que a pesar de su alta prevalencia continúa considerándose como una gran desconocida que, según lo estudiado apunta a la infertilidad en un 40 por ciento de pacientes.

Se trata de una patología basada en la presencia de endometrio, es decir, el tejido que forma la cara interna del útero, fuera de esta localización. Este tejido ectópico suele localizarse en la pelvis o abdomen en forma de quistes ováricos, implantes en las trompas de Falopio, nódulos rectales, vesicales o peritoneales, pudiendo incluso llegar a localizarse fuera de la cavidad como en la pleura.

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La respuesta inflamatoria generada, el estrés oxidativo y la neoformación vascular y nerviosa van a ser los causantes del dolor inicial de la paciente. La localización de los implantes y la severidad de la enfermedad condicionará la clínica de la paciente que podrá presentarse desde asintomática hasta con gran afectación de su calidad de vida.

Se estima que la endometriosis afecta aproximadamente a 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva. Es clave tratarla desde la juventud, ya que su aparición puede llegar a provocar infertilidad. La endometriosis en adolescentes se considera una enfermedad crónica con potencial de progresión si no es tratada, por ello, la terapia incluiría no solo el alivio de los síntomas, sino también la protección de la fertilidad futura.

Según la doctora María José Fernández, ginecóloga, indicó que “hoy en día sabemos que el 30-50% de las mujeres con endometriosis son infértiles y que entre el 25 y 50% de las mujeres infértiles presentan endometriosis.

Existe una clara asociación de la endometriosis y la infertilidad a través de múltiples vías patogénicas”, y hace especial hincapié en que “la inflamación peritoneal y las alteraciones endocrinas interfieren en la función ovárica y la calidad ovocitaria, viéndose afectadas la foliculogénesis, la fecundación y la implantación”.

“Además- subraya la especialista- en los casos de endometriosis severa se une, además, la distorsión anatómica que produce la enfermedad, ya que empeora más el pronóstico reproductivo y dificulta las técnicas de punción folicular en reproducción asistida”.

Para la ginecóloga Sandra Ortega,:”la subestimación de la ‘dismenorrea’ (reglas dolorosas), retrasan su diagnóstico. Hasta el momento la endometriosis no tiene cura, pero es posible tratarla para poder aliviar los síntomas en el 90% de los casos. No existe un tratamiento único e igual para todas las mujeres El enfoque terapéutico debe ser integral, incluyendo el aspecto emocional, tipo de personalidad y severidad de los síntomas. Tenemos que ir más allá del órgano afectado, por lo que hay que individualizar el tratamiento”.

El tratamiento habitual de la enfermedad va dirigido a suprimir el dolor, frenar la progresión de la enfermedad y, prevenir o tratar la esterilidad asociada. Se trata de una enfermedad estrógeno dependiente, por lo que el pilar fundamental del tratamiento será la terapia antiestrogénica.

“El tratamiento médico debe considerarse siempre como primera opción en pacientes con endometriosis- afirma la doctora Fernández-salvo casos muy concretos”.

Por otro lado- añade- la toma adyuvante de antioxidantes, reducir el nivel de estrés, realizar ejercicio físico moderado, y una alimentación saludable basada en una dieta antiinflamatoria ayudarán a mitigar los síntomas, y agrega que “la cirugía de endometriosis está indicada para pacientes que, aun siguiendo un tratamiento médico hormonal, persista el dolor o bien en aquellas mujeres que presenten afectación intestinal más severa con disminución luminal significativa o estenosis de las vías urinarias”.

Fuente: Vademecum

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