La amniocentesis y la detección de anomalías del feto en el embarazo

por Revista Ginecología y Obstetricia
543 vistas

La amniocentesis es un procedimiento utilizado para la obtención de muestras pequeñas del líquido amniótico que rodea al feto en el embarazo. Este líquido contiene gran cantidad de información genética del feto a través de la cual se puede diagnosticar trastornos cromosómicos, genéticos, metabólicos, infecciones, entre otros.

Generalmente, esta técnica se realiza en mujeres embarazadas mayores de 35 años como mecanismo de prevención frente a las posibles complicaciones que se puedan presentar. También es realizado en mujeres que son propensas a desarrollar anomalías cromosómicas.

El procedimiento

La amniocentesis se suele realizar entre las semanas 15 y 20 de embarazo o en el último trimestre para controlar el bienestar fetal y diagnosticar enfermedades. Tambièn hay casos, en los que se practica el procedimiento con el objetivo de verificar el correcto desarrollo de los pulmones del bebé y eliminar el exceso de líquido amniótico.

Los análisis obtenidos de la muestra pueden incluir estudios genéticos, medición de la alfafetoproteína en el hígado y detectar infecciones. Los resultados tardan aproximadamente 2 semanas en ser entregados.

Algunos riesgos

Al igual que los demás procedimientos invasivos, la amniocentesis puede generar algunas complicaciones como espasmos, sangrado, aborto espontáneo, trabajo de parto prematuro, infecciones y pérdida de líquido amniótico por la zona de la punción o la vagina.

Debemos tener en cuenta que los riesgos son situaciones que pueden no suceder. Los abortos espontáneos luego de la amniocentesis no son frecuentes, de hecho, estudios han demostrados que se puede presentar en un caso cada 200.

Los resultados

Los resultados normales significan que:

  • No hay defectos cromosómicos o genéticos en el bebé
  • Los niveles de bilirrubina y alfaproteína son normales
  • No hay rastros de infección

Cuando los resultados apuntan a ser anormales, pueden significar la presencia de irregularidades genéticas o cromosómicas, o anomalías congénitas que pueden comprometer la columna vertebral o el cerebro.

Sin embargo, es importante contar con la asesoría de un profesional para la interpretación exacta de los análisis.

También te puede interesar