Tras las secuelas físicas que sufren las mujeres después de dar a luz, además tienen que soportar los irresistibles dolores vienen en el momento del parto y el postparto.
En el caso de las mujeres que tienen parto normal, se realiza una episiotomía que es una cirugía menor que ensancha la vagina durante el parto. Esto es una incisión en el perineo (el tejido entre la abertura vaginal y el ano).
Aunque en muchas mujeres el parto pasa sin desgarro y sin necesidad de la episiotomía, algunas investigaciones aseguran que, lo mejor es no hacer este corte cuando se está en trabajo de parto.
Las episiotomías no sanan mejor que los desgarres. A menudo tardan más tiempo para sanar, ya que el corte generalmente es más profundo que un desgarre natural. En ambos casos, el corte o el desgarre se deben cerrar con suturas (puntos) y cuidarse debidamente después del parto. A veces, se puede necesitar una episiotomía para garantizar el mejor resultado clínico para la madre y su bebé.
Cuándo es necesario una episiotomía
- El trabajo de parto es estresante para el bebé y la fase de pujo debe.
- La cabeza o los hombros del bebé son demasiado grandes para la abertura vaginal de la madre.
- El bebé está en posición de nalgas.
- Se necesitan instrumentos (pinzas o extractor de vacío) para ayudar a sacar al bebé.
- Si la madre está pujando cuando la cabeza del bebé está a punto de salir y se forma un desgarre hacia la zona uretral.
Riesgos de una episiotomía
- El corte puede desgarrarse y aumentar de tamaño durante el parto. El desgarre puede llegar hasta el músculo alrededor del recto o incluso hasta el recto mismo.
- Puede haber más hemorragia.
- El corte y los puntos de sutura pueden infectarse.
- Las relaciones sexuales pueden ser dolorosas durante los primeros meses después del nacimiento.