La episiotomía es una intervención quirúrgica pequeña cuyo objetivo es ensanchar la abertura vaginal durante el parto. Anteriormente, se consideraba una incisión necesaria para todo tipo de partos, aunque en la actualidad es más bien una alternativa para facilitar esta labor.
Se tenía la creencia que realizar este corte en el perineo prevenía los desgarros vaginales en el parto, y que incluso sanaban mejor que los desgarros. Sin embargo, con el paso de los años se demostró que no era el caso, y que los problemas no se prevenían del todo.
Bajo qué condiciones se realiza el procedimiento
El estiramiento natural de los tejidos vaginales reduce la probabilidad de someterse al tratamiento, sin embargo, se realiza mayormente en ocasiones en las que:
- Se presenta fatiga fetal
- Es un parto complicado (presentación pélvica o distocia de hombros)
- Sea un parto vaginal instrumentado
- El bebé tenga gran tamaño
- Sea un parto prematuro
Riesgos y complicaciones que puede acarrear la intervención
Después de una episiotomía, lo más normal es sentir dolor en la zona afectada. Algunas mujeres que han pasado por la intervención pueden presentar sangrado, dolor perineal, infecciones y dolor al mantener relaciones sexuales. En algunos casos pueden presentarse otros riesgos, que dependen directamente del estado de salud general de la mujer.
Algunos especialistas recomiendan el cuidado especial de la zona para evitar complicaciones. Algunos de estos consejos incluyen:
- Uso de compresas frías en la zona afectada.
- Óptima Higiene íntima.
- Uso de ropa interior de algodón.
- Mantener una dieta rica en fibra que faciliten el movimiento intestinal.
- Evitar esfuerzos físicos adicionales que afecten la zona.
¿Cuándo acudir con el especialista?
Ante la presencia de fiebre, sangrado, secreción maloliente y dolor intenso, lo ideal es acudir con el personal médico. En algunas, ocasiones puedes obtener alternativas después del procedimiento para sopesar los dolores y los síntomas postoperatorios.