Normalmente, el cuello uterino permanece siempre cerrado hasta que el bebé esté listo para nacer, sin embargo, un cuello uterino muy corto y débil puede carecer de fuerza para mantenerse cerrado a medida de que el bebé va creciendo, si este se abre demasiado pronto puede ocasionar un parto prematuro o en su defecto un aborto espontáneo.
A esta afección se le conoce como incompetencia cervical, la cual se caracteriza por dilatación sin dolor o en ausencia de contracciones uterinas regulares y el rechazo del feto.
¿Cómo funciona el cerclaje cervical?
Su objetivo principal es mantener el cuello uterino cerrado y así permitir que el bebé se desarrolle totalmente antes de nacer. Este procedimiento se puede realizar de forma profiláctica entre la semana 13 y 16 de gestación en mujeres que ya han tenido abortos espontáneos anteriores o también cuando se observa acortamiento del cérvix por medio del ultrasonido (semana 26).
Este método se hace por medio de una anestesia, donde se coloca una cinta especial o una sutura en el cuello uterino con el fin de evitar una dilatación y así una pérdida del embarazo. Después de realizar un cerclaje el parto deberá ser por medio de una cesárea. Es importante resaltar que los partos futuros también deberán llevarse a cabo por una cesárea.
Cuidados después del procedimiento
Existen diferentes técnicas quirúrgicas para realizar este procedimiento, después de ello se debe tener demasiados cuidados y acudir a revisiones periódicas para evitar una infección.
También, es normal que presente sangrados y cólicos leves, el especialista deberá recetar algunos medicamentos para calmar el dolor.
Posibles riesgos y complicaciones
Para los médicos este procedimiento es considerado seguro, aunque, como cualquier procedimiento quirúrgico también hay ciertos riesgos, incluyendo:
- Sangrado
- Infección
- Contracciones prematuras
- Parto prematuro
- Rotura prematura de membranas
- Desgarro o rotura del cuello uterino
- Lesiones a la vejiga u otros órganos
- Riesgos con la anestesia