El cáncer de endometrio es el tipo de cáncer ginecológico más común en los países desarrollados y el segundo más común en los países en vía de desarrollo (superado por el cáncer de cérvix). Su pico de presentación se ubica entre los 60 y 70 años, es decir, en mujeres postmenopáusicas. Sin embargo, hay un pequeño porcentaje que puede ocurrir antes de los 40 años.
Alrededor del 80% de los casos tienen un pronóstico favorable dada su adecuada respuesta al tratamiento y el porcentaje restante se asocia a lesiones de alto grado con mal pronóstico. No obstante, el cuadro clínico es muy similar en todos los casos y el sangrado vaginal anormal suele ser el síntoma que mayormente referido por las pacientes.
En cuanto a la prevención de este tipo de cáncer ginecológico, encontramos que algunos de los factores de riesgo asociados son modificables, como es el caso de la inactividad física, el tabaquismo, y la mala alimentación. Se ha observado que mujeres con sobrepeso u obesidad son hasta 3 veces más propensas de padecer de esta enfermedad, así como también de Hipertensión arterial y Diabetes mellitus tipo 2, que son factores de riesgo que predisponen a sufrir de cáncer endometrial, por lo cual es fundamental mantener un estilo de vida activo y saludable.
Otra de las medidas a tener en cuenta es consultar oportunamente al médico, dado que el cáncer de endometrio puede estar precedido por la hiperplasia endometrial, que corresponde al crecimiento excesivo del endometrio y se clasifica como una lesión precancerosa que debe ser estudiada y/o tratada. Finalmente, si se trata de una mujer que recibe estrógenos para los síntomas de la menopausia, debe recibir también progestinas para reducir el riesgo de padecer de cáncer de endometrio y según indicación médica, evaluar las ventajas y desventajas de este tratamiento.