Estudios científicos realizados en los últimos años han revelado que las mujeres deben dormir hasta 20 minutos más que los hombres para, de alguna manera, “funcionar” mejor. Esto se debe a la complejidad del cerebro femenino, comparado con el masculino.
Una de las principales funciones del sueño por la noche, es la de permitir que el cerebro se recomponga tras la actividad diaria, de ahí que cuando más lo ejercitamos, mayor sueño necesitamos para poder favorecer un correcto funcionamiento del mismo.
Estos fueron los resultados de una investigación que se llevó a cabo hace unos años, donde las cabezas del proyecto llegaron a la conclusión de que las mujeres tienden a practicar el multitasking en mayor medida que los hombres, aunque existen excepciones, por supuesto.
Ahora bien, a pesar de necesitar algunos minutos más de sueño, las mujeres son más propensas a tener dificultades para conciliar el sueño que los hombres, y esto se ve reflejado, más que nada, en el rendimiento cognitivo y somático. Algunos expertos afirman que un porcentaje considerable de mujeres entre los 30 y 60 años no duermen siquiera las 8 horas recomendadas, por lo que son más propensas a que presenten somnolencia, falta de concentración, aumento del apetito, entre otros, durante el día.
Sin embargo, aún no se ha esclarecido una causa en concreto del por qué de estas diferencias, aún así, socialmente se cree que las mujeres llevan a la cama mayor cantidad de preocupaciones cotidianas. Además, existen condiciones biológicas capaces de alterar el sueño de las mujeres como el embarazo, las alteraciones hormonales, la menopausia, etc.
Cuando no dormimos lo suficiente
Desafortunadamente, el sueño es un factor que ha perdido importancia con el corre-corre cotidiano, sin embargo, el insomnio y las dificultades del sueño pueden ser causantes de diferentes alteraciones para quien lo padece, empezando por trastornos psicológicos derivados de un descanso deficiente.
- Depresión
- Dificultades de memoria
- Susceptibilidad al estrés
- Aumenta el apetito
- Disminuye el deseo sexual
- Irritabilidad
- Alteraciones en la visión
- Dificultad para tomar decisiones