Probablemente tengas la costumbre de buscar comida cuando estés aburrida, triste, estresada, ansiosa o sola; lo cierto es que esta reacción es completamente normal en nuestra cultura, pero no significa que sea sana, pues comer compulsivamente favorece la ganancia de peso y los índices de sobrepeso.
Y el problema de comer emocionalmente no se basa solamente en el aumento de peso como consecuencia lógica, sino también, el sentimiento de culpa que genera en algunas mujeres profundizando la emoción negativa al final.
Ahora, bien, el objetivo es poder identificar estos impulsos y poder controlarlos a través de estímulos alteros a la comida, para ello debemos analizar nuestros hábitos de alimentación y nuestra relación con la comida, evaluar las emociones que sentimos al comer.
¿Cómo diferencio el hambre real del hambre emocional?
Algunos expertos en psicología y coaches recomiendan identificar métodos que permitan canalizar los sentimientos negativos de una manera diferente sin que comprometa la salud de la persona, como técnicas de respiración, meditación, o alguna otra.
Cuando el deseo de comer se basa en torno a un alimento específico o concreto, lo más probable es que ese impulso sea emocional y no fisiológico, porque de ser hambre real podríamos saciarlo con cualquier tipo de alimentos, como frutas, verduras, proteínas, etc. Adicional a esto, cuando esas ansias por comer están acompañadas de una sensación de urgencia, es un indicador importante de que se trata de hambre emocional, pues cuando sentimos hambre de verdad, estamos en la capacidad de esperar y aplazar las comidas cuanto tiempo sea necesario.
¿Cómo controlar el hambre emocional?
- Añade la actividad física a tu agenda para poder liberar el estrés y las tensiones contenidas en el cuerpo. Adicional a esto, puedes intentar otros métodos de relajación y meditación que nos aportarán tranquilidad evitando el riesgo de comer de más.
- Establece límites de tiempo para reducir la exposición a presiones externas y estrés. Los expertos recomiendan siempre diferenciar lo urgente de lo importante, para así poder organizar mejor el día a día.
- Limita tus visitas al refrigerador o los muebles de la cocina.
- Trabaja tu autoestima: conocerte a ti mismo te permitirá tener una mejor reacción a situaciones que generen sentimientos negativos.
- Nunca te sometas a dietas restrictivas o ayunos sin supervisión; lo más importante es poder ser flexibles con nosotras mismas y acudir con un especialista en caso de que sea necesario para obtener la ayuda y orientación que necesitamos.