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La alimentación en las mujeres embarazadas es esencial para la salud y desarrollo del bebé. Existen muchos alimentos que pueden considerar para incluir en su dieta, uno de ellos son los espárragos. Los espárragos son blancos cuando el tallo aún no ha salido del suelo, y verde, cuando ya está en la superficie y realizando la fotosíntesis (de ahí su color verde, por la clorofila). En el caso del verde, el calificativo de ‘triguero’ hace alusión a la variedad salvaje procedente de un arbusto de crecimiento espontáneo llamado esparraguera.
¿Por qué las embarazadas deben comer espárragos?
Los espárragos verdes, explican en una publicación de El País, son bajos en calorías: no aportan más de 25 calorías por cada 100 gramos comestibles. También son ricos en folatos, los cuales aportan 113 microgramos, más de la mitad de la cantidad diaria recomendada.
El ácido fólico o folatos es un tipo de vitamina B necesaria para el funcionamiento del sistema inmunitario. Además, ayuda a disminuir la sensación de cansancio. Su déficit puede producir anemia y, en caso de mujeres embarazadas, malformaciones en el tubo neural del feto.
Es también rico en vitamina C (aunque parte se pierda al cocinarse con calor) y aporta vitamina E, ambas con capacidad antioxidante para proteger las células del daño oxidativo. Entre los minerales, destaca el potasio (207 mg), aunque muy lejos de los 3.400 mg diarios recomendados.
Uno de los puntos fuertes del espárrago es la fibra, conjunto complejo de sustancias que se asocia con la salud digestiva, la motilidad intestinal y al asentamiento de la flora intestinal, ejerciendo un efecto prebiótico. También aporta compuestos fitoquímicos como los lignanos (fitoestrógenos antioxidantes), flavonoides (antioxidantes) y otras sustancias activas con potenciales efectos beneficiosos para la salud, que están actualmente en el foco de las investigaciones.
El recuerdo de un plato de espárragos verde perdura hasta varias horas después en la orina. A las madres lactantes se les desaconseja tomarlo mientras den el pecho para que el bebé no rechace la leche, aunque no es una regla rígida.
Recomendación para cocinarlo sin perder las propiedades
El espárrago verde aporta soluciones rápidas y sabrosas. Cocínelo al vapor, hervido o a la plancha con un chorro de aceite de oliva virgen extra, sal y úselo como guarnición de carnes y pescados o en una parrillada de verduras. Otro clásico de la cocina en pocos minutos es presentarlos en revuelto o tortilla.