Depresión posparto podría generar rechazo hacia el bebé

por Revista Ginecología y Obstetricia
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La depresión pos-parto puede ser de manera intensa o moderada y se da después del nacimiento del infante, esta acción puede presentar una serie de fuertes sentimientos que hacen que la mamá pase de estar muy alegre a presentar momentos de angustia y ansiedad, esta depresión se presenta entre los tres primeros meses de haber dado a luz.

Causas depresivas

No hay un motivo exacto por el cual a las mujeres le dé esta enfermedad, pero puede haber diferentes pensamientos y actitudes que la pueden precipitar como lo son: 

  • Cambios físicos. 
  • Inseguridades. 
  • Embarazo no deseado.
  • Ser menor de 20 años.

Factores de riesgo 

  • Historial de enfermedad previa: este factor es el que impulsa la mayoría veces la condición, pues la madre ya había presentado historial clínico de depresión, además los antecedentes familiares también pueden impulsar el trastorno.
  • Síndrome premenstrual: Las mujeres que tenían este síndrome en sus etapas de menstruación y ovulación son más vulnerables, ya que suelen presentar sintomatología ante los cambios hormonales reproductivos durante el posparto.
  • Abuso violento: esto se genera por recuerdos en la infancia o en la edad adulta, también si se sufre de violencia en el embarazo, ya sea de su pareja u otras personas.
  • Estrés: Tener estrés por situaciones como una enfermedad, muerte de un ser querido o un parto difícil son una de las razones de manifestación de la enfermedad.

Sintomatología

La depresión posparto puede confundirse con la melancolía del bebé, pero los síntomas son mucho más fuertes y duran más tiempo, también afecta en la capacidad para cuidar del infante; los síntomas se desarrollan dentro de las primeras semanas después del parto, pero también hay posibilidades de que empiece antes de dar a luz, los síntomas pueden incluir: 

  • Cambios de humor graves.
  • Llanto excesivo.
  • Dificultad para relacionarse con el bebé.
  • Aislarse de familiares y amigos.
  • Pérdida del apetito o comer mucho más de lo habitual.
  • Insomnio o dormir demasiado.
  • Irritabilidad.
  • Miedo a no ser una buena madre.
  • Sentimientos de inutilidad, vergüenza, culpa o insuficiencia.
  • Disminución de la capacidad de pensar con claridad, concentrarse o tomar decisiones.
  • Inquietud.
  • Ansiedad grave y ataques de pánico.
  • Pensamientos acerca de lastimarse o lastimar al bebé.
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

Si no llegase hacer una depresión a causa del embarazo, durara más de un año y debe ser tratada con un especialista en el área.

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