La glándula mamaria no tiene músculo, tiene tejido graso y tejido conectivo. Está apoyada y soportada por el músculo pectoral, y sostenida por los ligamentos de Cooper (además de por la piel y la musculatura).
La edad y la ley de la gravedad hacen que las mamás cambien, pierdan su tersura y caigan. En este sentido, puesto que las mamas pequeñas tienen menos peso tienen menos posibilidades de cambiar.
La pérdida rápida de peso también hace que disminuya la grasa del interior, haciendo que la piel tarde en recuperar su forma; cuanto más joven, más capacidad de recuperación (algo similar pasa en el embarazo). También el exceso de peso hace que la piel y la musculatura sufra y la mama caiga.
¿Cuál es el sujetador idóneo para la mama?
Para solucionar este problema tenemos varias opciones como el ejercicio físico, los tratamientos cosméticos, la cirugía etc., pero el más rápido es el sujetador y el más espectacular el sujetador Push Up.
Este sujetador además de colocar el pecho en su sitio hace que parezca más grande. Pero no siempre es saludable buscar solo la estética.
El sujetador Push Up levanta y separa el pecho, algunos unen el escote, en general tienen relleno en los lados, así como aros, para ayudar a levantar el pecho y darle más volumen. Esto provoca una presión en la parte inferior de la mama que fuerza el pezón hacia abajo. Esta presión continuada, y a diario, puede producir cierto edema y marcas en la piel.
Los aros, la varilla, se fija en la base de la glándula mamaria y su uso continuado puede ir afectando a los ligamentos, que son los que mantienen el pecho en su lugar. Además, pueden producir endurecimiento de la zona, irritación y cierto tatuaje o color marrón en la piel.
Esto no quiere decir que debamos renunciar siempre a este tipo de sujetadores, para una fiesta o un evento de forma puntual son ideales, pero no es recomendable usarlos de forma diaria.
A diario debemos usar un sujetador que coloque y sujete la mama, sin forzarla, sin aprisionarla. Debe ser cómodo, que no moleste, que la mama tenga cierta libertad de movimiento en relación con el resto del cuerpo, que se amolde para no deformar y liberarse de él por la noche.
Los sujetadores no adecuados en relación al tamaño, es decir, una talla incorrecta, por supuesto no provocan cáncer pero sí pueden ocasionar dolor.
El número indica la talla del contorno, midiendo el contorno de la espalda (por debajo del pecho), y la copa indica la profundidad (a la altura de los pezones). Así pues, el sujetador tiene que ser de las medidas adecuadas a cada persona y a cada circunstancia de la vida de una mujer (embarazo, lactancia, deporte, etc.).
En definitiva, hay que intentar que el sujetador vaya bien colocado pero que no esté muy apretado ni muy holgado, que no se clave el aro, que el tirante sea ancho para no hacer surcos en los hombros y usar materiales naturales como el algodón.
Ya se sabe, para presumir hay que sufrir, pero no todos los días.
Fuente: Top Doctors