Después de un parto por cesárea, la marca en el abdomen puede resultar incómoda por los dolores, y los músculos de la zona se encuentran completamente debilitados, por lo cual es fundamental guardar reposo y evitar esfuerzos como los que supone subir escaleras, conducir o levantar objetos pesados por lo menos durante dos semanas.
Anteriormente, las cicatrices de la cesárea eran más grandes y verticales. Sin embargo, la estética en la actualidad ha permitido que la marca sea horizontal y por debajo de la línea del bikini. Generalmente, para cerrar una cesárea, hay dos opciones como los hilos o las grapas.
Consejos para un buen cuidado de la cicatriz de la cesárea
- Lava la cicatriz con agua y con jabón con la mano y sécala con gasa estéril dando toquecitos, nunca arrastrándola.
- El personal de la enfermería o el personal médico puede recomendarte antisépticos para un mejor cuidado.
- Si el roce de los interiores o de la ropa te incomoda en la herida, puedes utilizar gasas para evitar la fricción, pero recuerda que entre más tiempo mantengas la herida al aire libre, mejor será la cicatrización.
- Mantén la herida limpia y seca. No realices movimientos que involucren los músculos del abdomen o que interfieran con la cicatriz.
- Cerca de los 10 o los 12 días después del parto, se realizará una valoración física de la cicatriz para determinar si es conveniente retirar los puntos externos de la piel.
- Puedes realizar suaves masajes sobre la cicatriz una vez sean retirados los puntos para reducir el volumen y disimularla en gran medida.
- Mantén la piel hidratada con cremas o geles que disminuyan el proceso inflamatorio.
Es normal que en las primeras semanas tengas una sensación de tirantez en la zona del abdomen, pero sin dolor, como si estuviera anestesiada. Procura no darte el sol en la zona para evitar cambios en la piel por al menos seis meses.