Un estudio que se está llevando a cabo en Puerto Rico respaldó la premisa de que el estrés aumenta las lesiones producidas por la endometriosis. Además, que causa ansiedad en las pacientes con esta enfermedad. Para esto, uno de los resultados del mismo estudio fue que, al tratar la endometriosis con un mecanismo denominado enriquecimiento ambiental, los síntomas y lesiones que esta patología causan podían ser revertidos en los modelos animales.
Para tratar esta enfermedad, las investigadoras científicas Idhaliz Flores Caldera, PhD y Directora del Laboratorio de Investigación de Endometriosis del Ponce Research Institute; y Caroline Appleyard, PhD y Directora del Programa de Entrenamiento Graduado RISE en Ponce Health Sciences University se encuentran en fase de reclutamiento para probar la efectividad del enriquecimiento ambiental. Así lo afirmaron en entrevista con la Revista Medicina y Salud Pública (MSP).
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¿Cómo participar en el estudio?
Basado en los estudios que llevó a cabo la doctora Appleyard, las científicas encontraron una oportunidad de tener un impacto positivo en la calidad de vida y en la percepción de dolor en las mujeres con endometriosis.
“Esta idea está financiada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (INS), quienes nos han dado los fondos que necesitamos para llevar a cabo un estudio clínico conductual; por lo que estamos reclutando mujeres con endometriosis para las cuales a pesar de estar en tratamiento hormonal o quirúrgico no han podido lograr una ayuda efectiva ante los síntomas como el dolor”,
explicó la científica Idhaliz Flores a MSP.
Las pacientes pueden comunicarse al centro de investigación de la Ponce Science University al teléfono 787 840 2575 con la extensión 2192 o 2205. También pueden visitar la página de la Fundación Puertorriqueña de Pacientes con Endometriosis, aliados de la investigación, en www.endometriosispr.com o escribir al correo endopr@gmail.com
A través de las líneas de contacto “vamos a poder hablar de la oportunidad de participar en una intervención en las cuales vamos a probar la efectividad de unas estrategias del manejo de estrés. Así como la exposición a lugares abiertos y además, grupos de apoyo. Para ver como esto, en conjunto e integralmente, pueden ayudar a aliviar la percepción del dolor y también aumentar su calidad de vida”, concluyó Flores.
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La intervención se llevará a cabo en los meses de enero a marzo del 2020. Serían seis sábados en donde expondrán a los pacientes a una intervención integral. Las científicas esperan que sea de gran beneficio y puedan probar que -en conjunto con un tratamiento convencional ginecológico- se puede lograr una mayor efectividad.
El equipo estima que a finales del 2020 o comienzos del 2021 se puedan tener conclusiones veraces de que este mecanismo sí ataca el estrés. Así, llegar a diferentes países de Latinoamérica para ayudar a las pacientes con esta enfermedad.
Por: Daniela Pinto M.